«Es un error decir a los niños que estamos en guerra con el virus»
Los niños son verdaderos maestros a la hora de enseñarnos que la vida es fuerte y frágil. Así como a principios del confinamiento no les fue fácil aceptar que no podían salir a la calle, ni para ir al colegio, hoy algunos empiezan a mostrarse un poco inseguro de atravesar la zona del refugio seguro. ¿La razón? Muchos imaginan que el virus está ahí, esperando, y temen que les pase algo a las personas que más quieren… De hecho, nunca un virus había sido protagonista de tantas creaciones y dibujos, y narraciones de juegos en solitario. Tal vez no se ha tenido muy en cuenta que los niños detectan el ambiente emocional de la familia, y cuanto más pequeños, más sensibles al estado interior de las personas con las que conviven. Ellos son capaces de captar estados emocionales por los tonos de voz, por la postura corporal, los gestos, los silencios a destiempo, a las miradas…